jueves, 10 de junio de 2010

Hasta luego


Ha llegado la hora de retirarse

Estoy ageadecido de todos

Tanto de los amigos complacientes

Como de los enemigos frenéticos

¡Inolvidables personajes sagrados!


Miserable de mí

Si no hubiera logrado granjearme

La antipatía casi general:

¡Salve perros felices

Que salieron a ladrame en el camino!

Me despido de ustedes

Con la mayor alegría del mundo.


Gracias, de nuevo, gracias

Reconozco que se me caen las lágrimas

Volveremos a vernos

En el mar, en la tierra donde sea.

Portense bien, escriban

Sigan haciendo pan

Continúen tejiendo telarañas

Les deseo toda clase de parabienes

Entre los cucuruchos

De esos árboles que llamamos cipreses

Los espero con dientes y muelas

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